POR: Fernanda Espinosa
En el río Ranchería, en Cajamarca, en Santurbán, en el Quimbo, en Marmato, las comunidades se oponen y se resisten a los grandes proyectos mineros o energéticos. Un análisis somero de los casos, argumentos y acciones de los pobladores.
Las cifras económicas confirman que el sector minero-energético es la locomotora de la “prosperidad democrática” que más rápido avanza. De esta locomotora sin embargo se derivan riesgos sociales, culturales y ambientales que han aumentado la oposición, cuando no la resistencia, de las comunidades residentes en los territorios respectivos.
A continuación revisaré los principales casos donde se ha hecho evidente una gran inconformidad social y donde se exponen argumentos fuertes contra los proyectos mineros o energéticos.
Desviar el río Ranchería
El Cerrejón es una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes del mundo. Sus principales propietarios son las multinacionales BHP Billiton, Xstrata y Anglo American.
Los problemas de El Cerrejón son de vieja data: la escasa irrigación de las regalías para la región, la contratación insuficiente de mano de obra local, y los reasentamientos forzados de las poblaciones del Viejo Oreganal y de Tabaco.
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