A través de esta resolución,
el Consejo reconoce la absoluta necesidad de
disponer de un nuevo instrumento
jurídico internacional que tomará la forma de una declaración de
las Naciones
Unidas. Esta tiene como objetivo reunir en un solo texto
los derechos
específicos de las campesinas y campesinos y de integrar nuevos
derechos, como
el derecho a la tierra, a las semillas, a los medios de
producción o a la
información en el ámbito agrícola.
Después de un
constructivo proceso
interno de varios años, La Vía Campesina empezó a pedir en 2008
la adopción de
una Declaración específica que reconozca los derechos de las
campesinas y
campesinos, no solo para defender sus propios intereses, sino
también porque
están en juego la alimentación mundial, la lucha contra el
hambre, contra la
pobreza y contra la discriminación a escala mundial.
El Consejo de
Derechos Humanos de las
Naciones Unidas se implicó en este proceso en respuesta a la
crisis alimentaria
de 2007-2008. Tomando como base el dato de que el 80 % de las
personas que sufren
hambre viven en zonas rurales y que el 50 % de ellas forman
parte del pequeño
campesinado, el Consejo consideró que merecen una atención
particular. A través
de la protección de sus derechos fundamentales y específicos,
considera poder
contribuir a reducir el hambre en el mundo.
El Consejo de Derechos Humanos
ha decidido por lo tanto
crear un grupo de trabajo intergubernamental encargado de
redactar un proyecto
de declaración sobre los derechos de los campesinos y de otras
personas que
trabajan en las zonas rurales. Se basará en el proyecto
presentado por el
Comité Asesor en marzo de 2012. Las primeras reuniones de
trabajo se celebrarán
en 2013 y discurrirán durante varios años antes de que el texto
final sea
adoptado por el Consejo de Derechos Humanos, y posteriormente
por la Asamblea
General de las Naciones Unidas. Se invita a la sociedad civil y
a los
representantes de las familias campesinas a participar
activamente en el
proceso, otra aspecto que consideremos muy positivo.
La Vía Campesina acoge
positivamente la colaboración con
ciertos países de América Latina, Asia y África que han
permitido la adopción
de este texto. No obstante, el movimiento campesino deplora el
voto negativo de
un cierto número de Estados de la Unión Europea (Austria,
Bélgica, República
Checa, Hungría, Polonia, Rumanía, España e Italia) y de los
Estados Unidos que
de esta forma se opusieron a una protección específica de las
campesinas y
campesinos. Estos Estados, probablemente presionados por ciertos
grupos de
presión poderosos (grandes grupos económicos, especuladores,
industrias
agroalimentarias o extractivas), no se han atrevido a apoyar a
su campesinado,
ignorando los derechos básicos y el interés general de sus
ciudadanos frente a
estos actores que no dejan de violar los derechos de las
campesinas y
campesinos en todo el mundo.
Contactos para la prensa:
Valentina Hemmeler Maïga,
Uniterre +4179 672 14 07
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