Siguen las acciones coordinadas del ejército y el paramilitarismo contra la Comunidad de Paz de San José de Apartadó
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Nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de dejar nuevas constancias ante el país y el mundo sobre los crímenes de Estado que se continúan perpetrando, hacemos un llamado urgente a la Solidaridad Nacional e Internacional para que insten al estado Colombiano a detener y evitar que las amenazas de destrucción contra nuestra Comunidad no se ejecuten. Los hechos son:
El miércoles 27 de junio de 2012, campesinos de las veredas Caraballo, El Congo y Arcua, aledañas al corregimiento de San José de Apartadó, se acercaron a miembros de la Comunidad de Paz para manifestarles su preocupación por la presencia de grupos paramilitares en la zona, los cuales lanzan graves amenazas contra la población. Se han multiplicado las violaciones a los derechos humanos y los campesinos son generalmente acusados falsamente de ser colaboradores de la guerrilla. Según los pobladores, los paramilitares les han robado a muchos sus documentos de identidad. También afirmaron que algunos paramilitares que han muerto en la zona en combates con la guerrilla han sido presentados por los medios de comunicación y por la fuerza pública como campesinos asesinados por la guerrilla. Denunciaron además, que se están produciendo muchos desplazamientos forzados a causa de estos hechos.
El miércoles 4 de julio de 2012, hacia las 17:00 horas, fue incinerada la vivienda de REINALDO AREIZA en la vereda La Esperanza, por paramilitares que constantemente se movilizan entre Nuevo Antioquia, Playa Larga, La Esperanza y El Porvenir, con pleno respaldo y protección de la fuerza pública. Cabe recordar que Reinaldo había sido sometido a chantajes infames por el Coronel GERMÁN ROJAS DÍAZ, Comandante del Batallón Voltígeros de la Brigada XVII, para que le ayudara a destruir la Comunidad de Paz si no quería que le iniciaran un montaje judicial con falsos testigos. Este nuevo atentado evidencia la coordinación entre ejército y paramilitares.
El viernes 6 de julio de 2012, tres paramilitares que bajaban del lugar donde fue incinerada la vivienda de Reinaldo Areiza, fueron vistos cuando se dirigían de allí hacia Playa Larga, lugar donde funciona el cuartel principal de los paramilitares en la zona. En esos días había fuerte presencia militar en Playa Larga y La Esperanza y a pesar de ello los paramilitares se movilizaron sin obstáculo alguno.
El sábado 7 de julio de 2012, dos paramilitares llegaron al casco urbano de San José de Apartadó y preguntaron a los pobladores por el paradero de REINALDO AREIZA. Al no obtener informaciones sobre él, afirmaron que ellos le había quemado su vivienda el 4 de julio y que lo habían hecho gracias a la estrecha colaboración de la fuerza pública.
El martes 24 de julio de 2012, hacia las 15:00 horas, tropas del Ejército Nacional que desembarcaron de helicópteros en la vereda Las Nieves de san José de Apartadó, detuvieron ilegalmente a GILDARDO TUBERQUIA, miembro del Consejo Interno de la Comunidad de Paz y al joven trabajador MAURICIO DAVID, quien no es miembro de la Comunidad de Paz pero es poblador civil de la zona; ambos se dirigían de San Josecito hacia la Aldea de Paz de Mulatos. Los militares los separaron, los ultrajaron e insultaron, les vaciaron en el camino sus morrales y provisiones y les reiteraron el propósito del ejército de exterminar la Comunidad de Paz para lo cual todo lo tienen coordinado con los paramilitares. A pesar de haberles pedido a los militares que se identificaran, no lo hicieron y ocultaron sus distintivos y sus nombres que, por ley, deben llevar visibles.
El sábado 28 y el domingo 29 de julio de 2012, en horas de la mañana, fueron vistos por varios pobladores dos encapuchados que portaban armas, en el sitio Tierra Amarilla, sobre la carretera que de Apartadó conduce a San José, lugar en que militares y paramilitares han perpetrado numerosos crímenes.
El lunes 30 de julio de 2012, hacia las 9:00 horas, dos paramilitares motorizados llegaron hasta la puerta del asentamiento de San Josecito; uno de ellos permaneció afuera, en la moto, y el otro ingresó al caserío. Al ser abordado por miembros de la Comunidad para exigirle que se retirara, reaccionó con insultos y amenazas. Luego se regresaron a Apartadó. Este mismo día, a las 16:15 horas, GERMÁN GRACIANO, miembro del Consejo Interno de la Comunidad de Paz, recibió una llamada desde el celular 3146601697 de alguien que se identificó como “desmovilizado de la guerrilla y hoy paramilitar alias Guachipín”, quien dijo trabajar para la Brigada XVII junto con otros paramilitares que mencionó, tales como “alias Chibirico”, “alias Tribilín”, “alias Tierra”, “alias Fabio”, “alias el Loco Daniel”, “alias Beto”, “alias Guajiro”, “alias Samir” (a quien la Brigada protege en sus instalaciones desde diciembre de 2008). Alias “Guachipín”, en su llamada, amenazó de muerte a Germán, a su familia y al Consejo Interno de la Comunidad de Paz, afirmando que muy pronto empezarán a ejecutarlos. Le dijo que fueran consiguiendo los cofres mortuorios, pues “con ellos no se juega”. Le recordó numerosos hechos de asesinatos que ellos le han causado durante muchos años a la Comunidad de Paz y reiteró que todo el plan está coordinado con la Brigada XVII.
El martes 31 de julio de 2012, hacia las 13:20 horas, GERMÁN GRACIANO, miembro del Consejo Interno de la Comunidad de Paz, recibió una nueva llamada del celular 3146601697, esta vez de alguien que se identificó con el alias de “Guajiro” y como “comandante de un bloque, en Urabá, de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia –AGC”. En su llamada, “alias Guajiro” afirmó que la llamada del día anterior se había hecho por orden suya y exigió que la Comunidad tiene que colaborar con ellos, como lo están haciendo las empresas bananeras, los ganaderos y el comercio en general de Urabá, pagándoles impuestos; que de lo contrario, la Comunidad será exterminada por completo y sus líderes y demás integrantes asesinados, si no se someten a ellos.
La Comunidad de Paz reitera su agradecimiento a todas las comunidades solidarias en el país y el mundo, que continúan apoyando nuestra resistencia desde principios éticos innegociables, a la vez que confirma su decisión de continuar defendiendo esos principios a pesar de la barbarie con que el Estado siempre responde.
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