Durante una ceremonia indígena, en la laguna de Chingaza, Diego Bravo hizo el anuncio.
Foto: Diego Santacruz / EL TIEMPO
Foto: Diego Santacruz / EL TIEMPO
Por: REDACCIÓN BOGOTÁ | 4:24 p.m. | 02 de Junio del 2012
Así lo anunció este sábado el gerente del Acueducto de Bogotá, Diego Bravo Borda.
Junto a uno de los páramos más exuberantes del país y bajo la lluvia, Diego Bravo Borda, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, anunció que la entidad no tramitará la licencia ambiental para iniciar la construcción de la Fase II de la represa de Chingaza.Este anuncio se hizo en el mismo día en que el alcalde Gustavo Petro firmó el Pacto de Estambul, el cual defiende el acceso de los ciudadanos al agua de calidad."El compromiso nos obliga a retirar el trámite de licencia ambiental para ampliar Chingaza.
No lo necesitamos, vamos a comprometernos con la conservación de los páramos de Chingaza, Sumapaz y Guerrero", dijo Bravo durante una ceremonia indígena.
La decisión cambia por completo el panorama del abastecimiento de agua potable de la capital, presupuestado desde el Acuerdo 11 de 1997, con el cual el Concejo de Bogotá autorizaba a la empresa pública a hacer la obra del servicio público.
Frente a la laguna de Chingaza, unas rosas dispuestas de forma circular sostenían una ofrenda de lentejas, arroz, chocolate, sal y azúcar para la madre tierra.
Mirando a los asistentes, el mamo Crispín Izquierdo -o Arwa Viku en su lengua originaria- dijo algunas palabras en arhuaco que sonaban como si fueran reproches. Miraba al público y señalaba la laguna, rebosante de agua.
Después tradujo en español su mensaje: "Nos ha tocado ir a Europa a ver una crisis muy difícil con respecto al agua. Nosotros aquí, con tanta abundancia de recursos, no apreciamos lo que tenemos", dijo mientras mambeaba unas hojas de coca.
Después, Bravo fue rociado con unas gotas de agua de la laguna y recibió de Crispín una pulsera tejida por indígenas de la sierra nevada de Santa Marta.
El ambiente olía a páramo y aguardiente del ritual. El viento soplaba fuerte y arrastraba consigo las hojas de coca que el mamo arrojaba sobre la ofrenda para sellar el ritual.
Cuando terminó, Bravo anunció el cambio de dirección con respecto al abastecimiento de agua potable para Bogotá y los once municipios que se benefician del acueducto.
Bravo fue enfático al decir que "cuando me dicen que es Cundinamarca la que abastece de agua a Bogotá, solo puedo decir que esta es una afirmación absurda. No nos van a reclamar con escopeta su derecho a hacer desorden", resolvió ante los reclamos sobre el cese de la venta de agua en bloque en el departamento.
Con estas medidas, la pregunta está en cómo va a hacer la Empresa de Acueducto para no interrumpir el flujo de agua en unos años si hoy hay dificultades para tratar la que viene del río Bogotácon unos niveles tan altos de contaminación, por lo que cada año es más caro el tratamiento.
"Recibimos agua sucia de zonas por encima de la bocatoma de la represa de Chingaza. Veo con sorpresa que Camacol tiene un proyecto para construir 144 mil viviendas por fuera del perímetro urbano. No les daremos agua y la presidenta de esa entidad respondió que ponemos en riesgo su proyecto", subrayó el funcionario.
Así, la determinación del alcalde Gustavo Petro, según Diego Bravo, es pedir acciones coordinadas con las autoridades nacionales y departamentales para hacer un control de las licencias ambientales adjudicadas a los diferentes proyectos de construcción, agrícolas e industriales que ya están en curso y los que están por venir.
"Que la autoridad ambiental nacional vigile el cumplimiento de los estándares. Si no cumplen, que les quiten las licencias", sentenció. Con esto esperan reducir los niveles de contaminación y estabilizar el flujo de agua potable en la región.
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