Lilliam
Eugenia Gómez Álvarez, Ph.D[1].
Alejandro Henao
Salazar, M.Sc[2].
[1] Miembro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad.
Presidente del Consejo Seccional de Plaguicidas de Antioquia – CSPA.
[2] Miembro de la Red Iberoamericana de
Agroecología para el Desarrollo de Sistemas Agrícolas Resilientes al Cambio
Climático – REDAGRES. Representante de ONGs ante el Consejo Seccional de
Plaguicidas de Antioquia – CSPA.
1. La guerra global a las drogas ha fracasado
“Es una falacia y en cierto sentido un crimen de
guerra,
sostener que la única manera para combatir el narcotráfico
y doblegar a la guerrilla y a los paramilitares sea destruyendo
la naturaleza y atacando a la gente pobre”.
Estas palabras pronunciadas 16 años atrás por el
Defensor del Pueblo Eduardo Cifuentes Muñoz, cobran hoy día más vigencia que
nunca con el anuncio del actual gobierno de retornar, contra viento y marea, a
las aspersiones aéreas con el herbicida glifosato. Esta decisión del ejecutivo,
nos habla de la irracionalidad, de querer hacer la misma cosa una y otra vez
esperando obtener resultados diferentes. Lo cierto es que con casi 50 años de
lucha contra las drogas, la discusión sigue desconociendo la evidencia
científica y estadística acumulada durante tantos años, y pasa solo por el
terreno de las decisiones políticas.
Es claro que Colombia solo es un replicador de estas
decisiones, pues ha seguido las recomendaciones internacionales de lucha contra
las drogas al pie de la letra, sin embargo la droga sigue fluyendo hacia el
norte, respetando la única ley que sigue el negocio del narcotráfico, la ley de
la oferta y la demanda. La Guerra contra las drogas fracasó en reducir el uso
de drogas, llenó nuestras cárceles, cuesta
millones de dólares de los contribuyentes, exacerba la corrupción, alimenta el
crimen organizado y sigue causando miles de muertes, esta es la evidencia del
fracaso de la lucha contra las drogas.
Por todo lo anterior, la Comisión Global de
Políticas de Drogas, un grupo distinguido de líderes de alto nivel mundial,
busca un enfoque nuevo, uno que saque el poder de las manos del crimen
organizado y trate a las personas con problemas de adicción como pacientes, no
como delincuentes y a los campesinos cultivadores de hoja de coca como víctimas
y no como traficantes.
2.
Cuatro décadas lloviendo glifosato[1], una estrategia ineficaz,
costosa y en detrimento de los derechos humanos
Resultados de la
erradicación
Cuarenta años después de iniciada la siembra de
cultivos para la producción de estupefacientes (Primero marihuana y luego coca)
y de los colosales recursos destinados a la aplicación de programas de
erradicación, especialmente en el marco del Plan Colombia, el desgaste de la
estrategia se evidencia en los insignificantes resultados que se presentan
cuando vemos que las aspersiones aéreas contra los cultivos de coca han
afectado más de 1.896.358[2] hectáreas, sin que la producción de clorhidrato de
cocaína hubiera variado significativamente por esta razón.
Prueba de lo anterior, es que en Colombia se han
sembrado 2.747.958[3] hectáreas
de coca entre 1988 y 2019, de las cuales se ha erradicado de manera aérea y
manual forzada 2.595.284 hectáreas entre 1994 y 2019 (con una “aparente eficacia”
de erradicación del 94,4%) sin embargo el número de cultivos anuales y el
potencial de producción de clorhidrato de cocaína dicen lo contrario. Los
trabajos de Pascual Restrepo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de
Sandra Rozo, de la Universidad de California, refuerzan la idea de ineficacia
de la erradicación aérea, cuando indican que por cada hectárea asperjada con glifosato,
los cultivos de coca se reducen en 0,035 hectáreas (para
eliminar una hectárea de coca con aspersión aérea con glifosato, hay que asperjar
cerca de 30 hectáreas). Por ello, es que “asperjar
no es sinónimo de erradicar”.
Lo que
si queda claro con la aspersión es que da paso a la resiembra y al ‘soqueo’
(corte de la planta a aproximadamente 30 cm del suelo), entre otras técnicas
empleadas para eliminar los efectos de las aspersiones. Adicionalmente, en la
medida en que la mezcla química empleada es un herbicida y por tanto tiene
efecto directo sobre las hojas, el arbusto se recupera si se lavan las plantas
o se presentan lluvias inmediatamente después de la aspersión[4].
Otro resultado que arroja luz, en contraposición a la erradicación forzada, es que los programas de sustitución concertada con los campesinos, definidos en el punto 4 de los acuerdos de la Habana “Planes de acción inmediata firmados por 99.000 familias y otras 120.000 se pusieron en lista con pactos colectivos de erradicación voluntaria para entrar en los proyectos productivos” demostraron mayor efectividad a pesar del incumplimiento del gobierno. Mientras que la resiembra de coca es de 0,6% cuando un campesino se acoge a los planes de sustitución voluntaria de cultivos[5] –según Coccam 60.000 hectáreas se han erradicado de esa forma, mientras que para la ONU solo han sido 35.000– la erradicación forzada, sin intervención de alternativas de desarrollo es muy elevada. Se sabe que a los tres meses de la erradicación, la resiembra es del 25 al 30%. Y después de un año alcanza el 50% o más de la superficie erradicada[6]
Costo económico de la
erradicación
Para obtener estos resultados el Estado colombiano
(con ayuda de EEUU) ha gastado, en la lucha
contra las drogas, al menos 8.000[7]
millones de dólares entre 1995 y 2009 y cerca de 20 billones[8]
de pesos en los últimos 10 años, para un
total de al menos 50 billones de pesos de invertidos.
Comparándolo con La Reforma Rural Integral que es
el punto más costoso del acuerdo de paz. En 2017, se estimó en el marco fiscal
de mediano plazo que la implementación de todo el acuerdo –en 15 años– costaría
129,1 billones de pesos, de los cuales la reforma rural se llevaría 110,6
billones: el 85 por ciento de los recursos.[9]
Es decir, que si seguimos con la tendencia presupuestal de lucha contra la
droga durante los próximos 15 años, estaríamos prácticamente gastándonos una Reforma Rural Integral (73%) en atacar principalmente
campesinos pobres.
Hoy, Colombia es el único país del mundo que
utiliza la aspersión aérea de herbicidas en el combate contra los cultivos de
cuya producción se hace un uso ilícito. En el pasado, esta estrategia fue usada
en otras naciones productoras de drogas como México y Afganistán, pero su uso
fue descontinuado por los altos costos económicos y sociales que traía
asociados.
Lineamientos de política
de lucha contra las drogas, en detrimento de los derechos humanos
Las aspersiones aéreas son la prueba concluyente de las dudas, las incongruencias
y la ineficacia de una política de erradicación de cultivos de uso ilícito que
ataca las consecuencias y no las causas de este fenómeno[10];
Es común escuchar en esta estrategia que se debe atacar la siembra, transformación
y comercialización de ilícitos por “ser fuente de financiación del terrorismo”,
dejando de lado que en este proceso existe una problemática social y económica
de fondo, que reclama un manejo distinto al uso de la fuerza, al señalamiento y
al control de las poblaciones.
Esta forma de actuar se hace evidente, cuando se
mira en perspectiva los lineamientos de política de lucha contra las drogas
establecidos, que pueden dividirse en siete momentos. El primero desde 1992,
durante el gobierno de César Gaviria, en el que se adopta el Programa de Erradicación
de Cultivos Ilícitos con Químicos (PECIG). El segundo, orientado por el Plan
Nacional de Lucha contra las Drogas 1998–2002 realizado durante el gobierno de Andrés
Pastrana Arango. El tercero, con la implantación del Plan Colombia 1999-2005 con
una inversión total de US$ 7.500 millones, bajo las administraciones de Andrés
Pastrana y Álvaro Uribe Vélez. El cuarto, Un cambio de enfoque del Plan
Colombia, de plan antidrogas a plan antiterrorismo y antiguerrilla, durante el
gobierno de Álvaro Uribe Vélez. El quinto con el reelecto presidente Uribe
2006-2010 de “consolidación” del Plan Colombia o de la consolidación de la Seguridad
Democrática9. El sexto con el gobierno del presidente Juan Manuel
Santos 2011-2018, que con la firma de los Acuerdos de Paz, da un aparente giro
en la política antidroga, basada en la sustitución de cultivos ilícitos y la
suspensión de las aspersiones aéreas, sin embargo, se continuo en esencia con
la política antidrogas del gobierno anterior. Finalmente, el séptimo momento
parece llegar con el anuncio del Nuevo Plan Colombia conocido como “Colombia
Crece”, anunciado este lunes 17 de agosto de 2020 por el Presidente Iván Duque
en conjunto con el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
3.
Una megadiversidad asperjada por dos décadas
Colombia forma parte del selecto grupo de 12 países
considerados megadiversos, por albergar en sus selvas y regiones montañosas la
mayor cantidad de especies de fauna y flora del planeta. Además, porque muchas
de ellas son endémicas, es decir, que sólo se encuentran en determinados
lugares geográficos de sus territorios. La diversidad biológica colombiana se
concentra principalmente en las estribaciones inferiores de las cordilleras y
en las áreas de piedemonte, pero también en sus variadas regiones y ecosistemas
dentro de los cuales se encuentran la Sierra Nevada de Santa Marta, la región
biogeográfica del Pacífico, el Macizo Colombiano, la Amazonia y la Orinoquia, estas
regiones coinciden con aquellas en donde el conflicto armado es más complejo,
debido a causas como los cultivos de uso ilícito, la disputa por las rutas de
ingreso y salida de drogas y armas, así como por el control de los territorios9.
Durante 20 años las aspersiones aéreas descargaron
glifosato sin considerar, de manera seria, las restricciones ambientales en
estas regiones, llegándose al punto de asperjar parques nacionales (El Consejo
de Estado prohibió en 2014 estas acciones).
Hoy día, sí el gobierno tuviera la opción de
utilizar de nuevo las aspersiones aéreas, dadas las condiciones y restricciones
definidas por la Corte Constitucional, su aplicación efectiva se restringiría a
una cuarta parte de las áreas donde hay cultivos de coca. Entonces, quedaría la
pregunta sobre qué hacer en el resto de los territorios. Esto sin tener en
cuenta los efectos negativos para la salud y el ambiente asociados al uso del
glifosato, los cuales llevaron a suspender la aspersión[11].
Deriva y dosificación
excesiva
Otro tema espinoso en las aspersiones aéreas, son
los fenómenos de la deriva
y la evaporación, fenómenos físicos que se dan al mismo tiempo y consisten en
que partículas llevadas por el viento a grandes distancias arrastran pequeñas
gotas del producto asperjado, afectando la biodiversidad, al contaminar tanto
flora como fauna y asimismo los cultivos agrícolas, alimenticios y de pan
coger, sustento de la población colombiana. Igualmente los bienes naturales de
propiedad colectiva, representados en suelo, aire y agua, elementos altamente
vulnerados al contaminarse con este tipo de tóxicos.
Las aspersiones aéreas están
totalmente en contra de las fichas técnicas de todos los herbicidas existentes,
ya que estos están recomendados para ser aplicados con pantalla o aspersión
tipo trapeadora a 40 centímetros del suelo[12]. Y
estos aviones suelen pasar a un promedio de 30 metros de altura sobrepasando
por 75 veces la altura recomendada de aplicación. Y en el mejor de los casos en
aspersión aérea comercial la altura de vuelo no sobrepasa los 5 metros.
En
cuanto a la dosificación del glifosato usado por la Dirección Antinarcóticos de
la Policía en las aspersiones aéreas (2011-2014, con el polémico Cúspide 480 SL[13])
y terrestres (2020, con Glifosato del Monte 480 SL[14]),
en este último difiere por mucho la recomendación de la ficha técnica de 1,5
l/ha (litros por hectárea) a 2,0 l/ha.
Usando de manera terrestre 10.4 l/ha (5 veces más) sin más sustento científico
que la eficacia agronómica (que es la cantidad necesaria del producto para el
control de la plaga). La verdad es que el uso de esta alta dosificación viene
de las recomendaciones del estudio
de (Hewitt et al, 2009)[15] donde
aumentan la dosis de glifosato (Roundup®) a 10,4 l/ha como forma de
contrarrestar la deriva en el Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos
mediante aspersión aérea con el herbicida Glifosato – PECIG. Es evidente que disminuir
la deriva y aumentar la eficacia agronómica son las razones de peso para el
incremento indebido de dosificación, dejando por completo de lado, las evaluaciones
de daño a la salud y el medio ambiente que exigen la ley.
4. El
riesgo asociado a la utilización del Glifosato para la salud de las personas[16].
Uso global de Herbicidas a Base de Glifosato
El Glifosato es el
herbicida sistémico de amplio espectro más utilizado en el mundo, cuyo consumo
se ha aumentado dramáticamente en las últimas décadas. Las recientes
evaluaciones del potencial carcinogénico de los herbicidas a base de Glifosato por
parte de varias agencias regionales, nacionales e internacionales, han generado
controversia.
Exposición ubicua en humanos
El Glifosato y sus
metabolitos persisten en los alimentos, el agua y el polvo, lo que indica
potencialmente que todas las personas pueden estar expuestas de forma ubicua.
Las exposiciones no ocupacionales ocurren principalmente a través del consumo
de alimentos contaminados, pero también pueden ocurrir a través del contacto
con el suelo contaminado, el polvo y al beber o bañarse en agua contaminada.
Existen datos limitados
sobre los niveles internos de Glifosato en individuos expuestos a este. Los
niveles promedio de Glifosato en la orina entre sujetos expuestos
ocupacionalmente varían de 0.26 a 73.5 μg / L, mientras que los niveles en
sujetos expuestos al medio ambiente se han reportado entre 0.13 y 7.6 μg / L.
Dos estudios de tendencias seculares han reportado proporciones crecientes de
individuos con Glifosato en la orina a lo largo del tiempo. Dado que más de
seis mil millones de kilogramos de Glifosato se han aplicado en el mundo en la
última década.
Controversia en torno al potencial carcinogénico de Glifosato
Según se informa, la
exposición al Glifosato está asociada con varios tipos de cáncer, entre los
cuales el más estudiado en humanos es el Linfoma No Hodgkin (LNH). Algunos
estudios epidemiológicos han reportado un mayor riesgo de LNH en individuos
expuestos a Glifosato; sin embargo, otros estudios no han confirmado esta
asociación.
En el reciente estudio “Exposure to Glyphosate-Based Herbicides and Risk for Non-Hodgkin
Lymphoma: A Meta-Analysis and Supporting Evidence[17]”
publicado en 2019 en la revista Mutation Research (Reviews in Mutation
Research) de los investigadores Luoping Zhang, Iemaan Rana, Rachel M. Shaffer,
Emanuela Taioli, Lianne Sheppard, se revisaron 866
estudios humanos publicados sobre la carcinogenicidad del Glifosato. Después de
decantar solo un total de seis estudios (uno de cohorte y cinco estudios de
control de casos y controles) –con casi 65,000 participantes–,se indicó un
aumento estadísticamente significativo del riesgo de NHL (41%) después de una alta
exposición acumulativa a Glifosato (meta-RR = 1.41, IC del 95%, intervalo de
confianza: 1.13–1.75).
5.
Conclusión10
La estrategia
de control o erradicación de cultivos de uso ilícito, está atravesada por
muchos interrogantes. Las causas de la dispersión de estos cultivos giran en
torno a los problemas estructurales, tales como el modelo de intervención
militarista (antes del Plan Colombia la coca estaba en 8 municipios del pais,
despues de este en 24), la crisis agraria, la inequidad de un modelo de
desarrollo que no es sostenible, la ausencia de una gobernabilidad ganada desde
los procesos y no desde el ejercicio de la fuerza y el incumplimiento
sistematico de los acuerdos como el de paz (Punto 1 y 4), el Pacto Agrario y muchos otros pactados regionales
incumplidos.
De continuar
sin abordarse estas problemáticas, los diversos intereses involucrados en el
negocio del narcotráfico sobrevivirán y acogerán otras formas de operar, más
violentas y dispersas, lo que hará más difícil su control. Los ciudadanos
colombianos y estadounidenses continuarán presenciando el despilfarro de
significativos recursos en acciones que además de no mostrar sus bondades
impiden el afianzamiento de la democracia y con ello la consecución de la paz
en Colombia.
De igual
forma, las regiones que albergan la riqueza de la diversidad colombiana
seguirán padeciendo las consecuencias ambientales y sociales de esta estrategia
que no hace otra cosa que fortalecer el negocio de la guerra, en el cual los
que se lucran son los fabricantes de las armas, químicos como el glifosato y
aeronaves.
Las
causas que han derivado en la permanencia durante más de cuatro décadas de los
cultivos de uso ilícito en el país, no han sido debidamente atendidas. Por el
contrario, la política se ha centrado en perseguir las plantaciones y, con
ello, al eslabón más débil de la cadena, integrado por campesinos, colonos,
indígenas y afrocolombianos que deben dedicarse a su siembra para sobrevivir,
ya sea ante las inadecuadas condiciones de vida o las presiones de los actores
armados.
Las
aspersiones aéreas con glifosato y otros químicos están causando graves daños
de tipo ambiental, cultural y social. Además se violan, reiteradamente,
derechos consagrados en instrumentos internacionales de obligatorio cumplimiento
por parte de los Estados. Los desplazamientos, la inseguridad alimentaria, el
aniquilamiento de grupos étnicos y la destrucción ambiental, entre otros
efectos de las fumigaciones, exponen al Estado colombiano y, posiblemente, al
de Estados Unidos a ser objeto de fallos de instancias de derechos humanos por
las violaciones a los derechos a la vida, a no ser desplazado, al ambiente y a
la diversidad étnica y ambiental.
La
sustitución voluntaria es la única solución estructural y de largo plazo, sin
embargo, seguimos a discreción del Departamento de Estado de EEUU y su fallida
lucha contra las drogas.
Finalmente,
esta claro que seguiremos llenando cárceles y poniendo muertos en los dos lados
del hemisferio, mientras que la “regulación legal de las drogas” sigue pidiendo
la oportunidad de ser escuchada, y con ello, demostrar desde la evidencia como
puede socavar el poder del crimen organizado salvaguardando la salud y la
seguridad de sus ciudadanos.
[1] Desde la década de 1970, varios países
comenzaron a limitar o prohibir la aplicación aérea de pesticidas,
fertilizantes y otros productos por razones ambientales y de salud pública, en
particular por la deriva de la pulverización. En 2009, la Unión Europea
prohibió la fumigación aérea de pesticidas con algunas excepciones muy
restringidas en el artículo 9 de la Directiva 2009/128/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo Europeo que establece un marco para la acción comunitaria
para lograr el uso sostenible de pesticidas, que efectivamente terminó la
mayoría de las aplicaciones aéreas en todos los estados miembros y territorios
de ultramar.
[2] Cálculo basado en los datos del Sistema
Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Colombia monitoreo de
cultivos de coca de 1994 a 2015.
[3] Cálculo basado en los
datos del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Colombia
monitoreo de cultivos de coca de 1988 a 2019 (31 años).
[4] Colombia Monitoreo de Cultivos de Coca. (2007)
Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito – UNODC.
[5] El Espectador. Hay una resiembra del 50%:
Indepaz sobre erradicación forzada de cultivos ilícitos. 4 de agosto de 2019.
Recuperado de: https://www.elespectador.com/noticias/judicial/hay-una-resiembra-del-50-indepaz-sobre-erradicacion-forzada-de-cultivos-ilicitos/
[6] El Espectador. La erradicación forzosa no es
desarrollo. 3 de noviembre de 2017. Recuperado
de: en htps://ww.elespectador.com/noticias/paz/la erradicación forzosa no es
desarrollo/.
[7] Revista Semana. Más de US$8.000 millones le ha
costado a Colombia la guerra contra las drogas. Noviembre 15 de 2011.
Recuperado de: http://www.semana.com/nacion/articulo/mas-us8000-millones-ha-
costado-Colombia-guerra-contra-drogas/249417-3
[8] El Espectador. Las deudas de Colombia en la guerra contra las drogas. 18
de febrero de 2019. Recuperado de: https://www.elespectador.com/noticias/judicial/las-deudas-de-colombia-en-la-guerra-contra-las-drogas/
[9] El tiempo. Para cumplir reforma rural del
acuerdo de paz faltarían $ 54 billones. 18 de agosto de 2020. Recuperado de: https://www.eltiempo.com/justicia/investigacion/acuerdo-de-paz-el-presupuesto-y-proyectos-que-faltan-para-cumplir-la-reforma-rural-integral-530270
[10] Walsh, J. Sanchez-Garzoli, G. Salinas, J. 2008. La aspersión aérea de cultivos en Colombia una
estrategia Fallida. Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
[11] La Silla Llena. La erradicación forzada no ha
aumentado, pero los cultivadores la están pasando mal. 29 de mayo de 2020. Recuperado
de: https://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-paz/la-erradicacion-forzada-no-ha-aumentado-los-cultivadores-la-estan-pasando
[12] Las recomendaciones de varias fichas no superan los 40 cm. GLIFOSATO
AGROGEN 747 SG – NUFARM COLOMBIA S.A. FICHA TECNICA COMERCIAL. Aplicar sobre
malezas en activo crecimiento, que posean al menos de 2 a 6 hojas verdaderas con
buena área foliar para asegurar penetración, pero en lo posible de no más de 40
centímetros de altura. GLUFOSINATO DE
AMONIO. BURNER 150 SL – PROFICOL ANDINA B.V. Aplicación: utilizando
pantallas de aplicación, para proteger el cultivo no blanco de control, del
efecto del producto. GLUFOSINATO DE
AMONIO. LIBERTY – BAYER. Se recomiendan las aplicaciones de LIBERTY con
equipos terrestres provistos de un buen sistema de agitación. Aplicar volúmenes
de 100 a 150 litros de agua por hectárea, con una presión de 40 a 70
libras/pulg² usando pastillas abanico plano 8002, 8003 y 11002 y 11003, para
lograr 40 - 50 gotas/cm². PARAQUAT
AGROGEN 200 SL – NUFARM COLOMBIA S.A. Aplicar sobre plantas
fotosintéticamente activas, que posean buena área foliar para asegurar
contacto, pero en lo posible de no más de 20 centímetros de altura. En cultivos
establecidos aplicar dirigido al surco y usar pantallas para evitar contacto
con el cultivo.
[13] Radio Nacional de Colombia. ¿Por qué es
polémico el uso del glifosato chino? 2 de julio de 2019. https://www.radionacional.co/noticias/actualidad/glifosato-polemica-cultivos-uso-ilicito
[14] Las2orillas. Listo el millonario contrato para
comprar glifosato. 9 de marzo de 2020.
https://www.las2orillas.co/listo-el-millonario-contrato-para-comprar-glifosato/
[15] Hewitt, A., Solomon, K., & Marshall, E.
(2009). Tamaño de la gota de aspersión, potencial de deriva y riesgo para los
organismos no blanco del glifosato aplicado por vía aérea, para el control de
la coca en Colombia. Obtenido de
http://www.odc.gov.co/Portals/1/Docs/pesig/PS06012013-taman%CC%83o-gota-aspersion-deriva-glifosato-colombia.pdf
[16] Zhang, L. Rana, I.
Shaffer, R M. Taioli, E. Sheppard, L. 2019. Exposure to Glyphosate-Based
Herbicides and Risk for Non-Hodgkin Lymphoma: A Meta-Analysis and Supporting
Evidence, Mutation Research/Reviews in Mutation Research.
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