Sibaté polvorienta, crónica de la visita a un proyecto minero que está afectando las fuentes hídricas de la vereda el Peñón en el municipio de Sibaté.


 



Juan Felipe Zamora Tovar

Ajenjo Investigación 

@felipe_zamora17


Después de pasar la caótica autopista sur donde carros, ruido, densidad poblacional y sobre todo trancones inmemoriales, perturban y desesperan a cualquiera, desembocamos a la altura del cementerio Campos de Cristo. Donde cambia absolutamente todo, lo que era caos y desespero se convierte en tranquilidad y quietud, lo que era un bochorno por la cantidad de carros y de gente, se convierte en un frío y nubosidad muchas veces confundido por la enorme represa del Muña. Es Sibaté que en lenguaje Muisca significa “Derrame de agua”, es un territorio conocido por sus fantásticas fresas con crema, y el manicomio, que por décadas luce abandonado y quien pertenece a la beneficencia de Cundinamarca.  Después de más de seis siglos que se tiene el registro del primer asentamiento Muisca en este sector, se contemplan hermosos paisajes bañados por fuentes hídricas cristalinas y naturales.

A 26 kilómetros de Bogotá, Sibaté hace parte de la provincia de Soacha en el departamento de Cundinamarca, se caracteriza por ser uno de los pocos municipios que hacen parte del páramo más grande del mundo, abarcando casi en un 40% el ecosistema del Sumapaz. 

Sibaté además de ser rico en cultura gastronómica, es un municipio agrícola, sobre todo en productos como la arveja, papa y fresa, sumado a esto gran parte de su economía se basa en la comercialización ganadera. Todo esto se ha venido afectando por la contaminación de una de la surtidora acuífera más importante que provee de agua a gran parte de las veredas y el casco urbano del municipio, bajando la calidad de vida para los sibateños.




Comind S.A.S una firma de origen italiano que se dedica a la explotación de arena en bloque, desde el año 2009. La empresa italiana Colombia Minerales Industriales (Comind S.A.S), lleva diez años de explotación de arena de alta calidad en las veredas El Peñón y San Miguel (Sibaté), generando graves afecciones medio ambientales y estructurales debido a que la concesión de explotación, está localizada en la misma montaña donde nace el agua que surten acueductos de Fusagasugá, Silvania y Sibaté, zona de la cordillera oriental que también hace parte de la cuenca del páramo de Sumapaz, el más grande del mundo. Las autoridades competentes hasta el momento no han tomado ninguna acción determinante frente a esta problemática.

Los conflictos por el agua delatan también las divergencias dentro del Gobierno. En el ANA (Autoridad Nacional del Agua, es un organismo técnico especializado adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego) aseguran que cuando se trata de desviar el cauce de un río o de drenar las aguas de una laguna hacia un reservorio, se les tiene que consultar, pero la mayoría de las veces no se hace y siempre lo termina resolviendo el Minem (Ministerio de Minas y Energía). Por lo tanto, Comind quien cuenta con todos los documentos legales y la carga básica tributaria para la explotación, no ha tenido un acercamiento asertivo con las personas de las veredas el Peñón y San Miguel quienes son los más directos afectados.  




El paisaje donde veíamos campesinos pasar con 15 o 20 cabezas de ganado o camiones y Jeeps, llevando las más de 50 toneladas de papa que se produce en estos sectores veredales, se cambiaron por innumerables volquetas trasladando enormes bloques de arena Sílice, a todas las horas del día. El señor Arcadio Párraga campesino, habitante y líder desde hace más de 40 años de la vereda el Peñón, nos cuenta que desde que Comind está en la explotación, el ganado y los cultivos no volvieron a ser lo mismo, ya que el polvo que bota la extracción de arena seca y torna polvorienta la tierra. 

La habladuría en las calles donde en cada esquina el voz a voz y los corrillos de la gente  hablan sobre lo que pasó el fin de semana, “¿quién se murió?, “¡Los Díaz hicieron fiesta!”. Evidenció que muchos de los más de treinta mil habitantes de Sibaté, no saben la existencia y el impacto ambiental negativo que genera esta empresa minera en el municipio, arrebatándoles lo que por siglos ha caracterizado esta hermosa tierra. La razón por la que los Muiscas escogieron hacer sus vestigios y rituales para adorar a la Diosa agua, la misma por la que los líderes y lideresas en el periodo de los federalistas y centralistas llevaban a los enfermos mentales para tratarlos. Ya que Sibaté tiene eso, al caminar por sus quebradas y frías calles generan tranquilidad y pasividad mental. 




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