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Foto: Acapacha |
El fenómeno de acaparamiento de tierras se ha tornado
inmensamente valioso para el apetito capitalista en los países que aún conservan frontera
agrícola disponible y, con esto, tierras aptas para cultivar. Colombia hace parte de esos
países, con siete millones de hectáreas de tierra disponibles para agricultura localizadas
en los departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada en la región de la
Altillanura. Es interés del trabajo aquí expuesto analizar los conflictos asociados a la agroindustria desde una breve visión comparativa entre Colombia y Brasil
contrastando la naciente implantación del agro-negocio de la soya en la Altillanura
colombiana con el proceso del agro-negocio de la soya en el bioma del cerrado
brasilero, este último postulado desde el gobierno colombiano como un referente de
éxito a seguir por la supuesta probada eficiencia, posibilitando con eso la consolidación
de la producción de soya en el territorio colombiano.
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